¡Viva la guacherna! ¡La guacherna vive!
Por Jaime Castro Mozo
La guacherna como baile popular está vinculada directamente con quiénes ejecutan la tambora samaria. Sin el rol de los grupos de tambora en las fiestas populares, es complicado hablar de patrimonio danzario vivo.
Las preguntas que surgieron para abordar nuestra puesta en escena fueron: ¿Dónde podemos ver los cuerpos que danzan guacherna en su entorno popular en la actualidad? Si quisiéramos indagar y/o registrar las corporalidades de la guacherna al son de la tambora samaria hoy en día ¿En dónde debemos escudriñar?
El primer escenario viable es asistir al Festival de la Guacherna Samaria donde participan agrupaciones de danza folclórica ejecutando la guacherna, bajo el canon establecido por el trabajo de investigación-creación dejado por el grupo de la Universidad Tecnológica del Magdalena a inicios de la década del 80.
Por fuera de esta importante plataforma, el rastreo de la guacherna como danza, nos lleva a las celebraciones donde se contratan a los grupos de tamboras con el fin de amenizar fiestas, en lo que hoy se denomina «la hora loca».
Por su patrón rítmico, a ritmo de Guacherna, se pueden reinterpretar muchas canciones (tradicionales y contemporáneas). Ahí «la hora loca» cobra sentido al ritmo de las tamboras y las tambo-papayeras (transformación actual de la composición de las tamboras samarias), éstas son el clímax de las celebraciones. Cito: «LA HORA LOCA, instante cumbre de la fiesta pues involucra a todos los invitados, así no sepan bailar, la idea es brincar gritar y disfrutar, dirigidos por un grupo de animadores profesionales. Todos cantan y saltan al ritmo de salsa, merengue, reggaetón, samba y rock. Una hora continua de meniadito, carrapicho, macarena, asereje, baile del gorila, cumbias, porros, pasodobles, vallenatos y sanjuaneros. Los invitados se desinhiben, se relajan y liberan sus tensiones y energías negativas mientras sudan los excesos de alcohol» (Urbano Rojas, 2015) La tambora samaria y nuestros tamboreros tienen experticia en transformar todas esas sonoridades a guacherna.
Ahí la gente del común, mantiene viva la guacherna como manifestación danzaria. En estas se pueden apreciar y resaltar otras dinámicas de movimiento, figuras, pasos, otras estéticas, otra ritualidad y la forma particular de hacer comunidad alrededor del festejo y la tambora samaria; aspectos no contemplados en las puestas en escenas fijadas en la propuesta legada de la Tecnológica del Magdalena.
El siguiente cuestionamiento fue, ¿por qué frente a la cantidad de canciones inéditas que se han compuesto durante las 23 versiones del festival de la Guacherna, nadie se ha atrevido (o propuesto) a usar una de ellas para la danza?
Año tras año, el Festival de la Guacherna cumple con mantener la tradición al incentivar la tarea de componer guachernas. Sin embargo, quedan ahí, rara vez se vuelven a cantar, ni a bailar y es poco probable que se hagan de dominio local o regional.
Por eso, desde Danzamarios: danza folclórica Contemporánea, apostamos por soltar la melodía de «La Yeguaza» (la usamos durante la pandemia) instalada Tecnológica del Magdalena en su investigación-creación cómo única posibilidad de canción para danzar la Guacherna y utilizar melodías compuestas en nuestro tiempo. De ahí que nuestra apuesta escénica tenga la canción «Mi Tambó» de Andrés Meza Ruiz con la agrupación Son De Gaira y una reinterpretación del merengue «Esa Morena» de los Hermanos Rosario, que desde la década del 90 se adaptó para el formato de tambora samaria.
Esta disertación continuará.